Decidir

A veces cuesta tomar decisiones, bueno, siempre cuesta. A mi por lo menos. En ocasiones porque ninguna de las alternativas es lo suficientemente atractiva, correcta o adecuada; en otras, porque todas son igual de buenas. Total, indecisión al canto porque no sé cuál será el resultado de la decisión y si me convendría más esta o aquella o la de más allá...me entendeis, verdad?

Saber de antemano el resultado de una determinación u otra puede no ser la solución al problema...qué decisión fue la que me llevó a este resultado? Esta pregunta es el germen de otra de mis series favoritas: Flashforward.

El mero hecho de pensar en qué haría de conocer qué va a pasar en un plazo determinado de tiempo, que es lo que pasa en la serie, me produce desasosiego. Si es bueno, porque me obsesionaría en saber qué debo hacer para que se produzca y si es malo, para evitarlo. Ya cuesta vivir día a día con lo que sabemos y con lo que ignoramos como para añadir que estas decisiones cotidianas nos lleven a un resultado (positivo o negativo o todo lo contrario) para un futuro a medio plazo que ya conocemos.

En la serie, el equipo del FBI encargado de investigar el fenómeno encara esa posibilidad de diferente forma y así, en conjunto, abarcan la mayoría de posibilidades: cómo evitar la ruptura de un matrimonio que en el presene no pasa por sus mejores momentos, maternidades no premeditadas ni queridas ni deseadas pero que ilusionan al verlas en un futuro próximo, devenires negativos, futuribles inciertos por la falta de la visión e incluso cambios de personalidad.

Esta serie me gustó en su primera temporada y espero mucho de la segunda, a pesar de las audiencias en Estados Unidos. Esta noche me iré a dormir con las intrigas de esta serie capitaneada por Joseph Fiennes (más atractivo y atormentado que nunca...ay, quien fuera Sonya Walger!) y sin saber si mañana será un buen día o no...aunque yo haré todo lo posible para que sí sea bueno...no lo hacemos todos?