lunes, 19 de diciembre de 2011

Un dios salvaje



¿Qué pasa cuando a un niño otro niño le rompe dos dientes con un palo? ¿Qué pasa cuando la madre del niño agredido intenta solucionar el tema hablando con los padres del niño agresor?

¿Qué pasa cuando se es demasiado políticamente correcto? ¿Qué pasa cuando dos matrimonios de clase media intentan solucionar un problema creado por sus hijos?
Este es el planteamiento de "Un dios salvaje". Tanto la obra teatral, original de Yasmina Reza, ambientada en Europa como la versión cinematografica ambientada en Nueva York son prácticamente idénticas. Roman Polanski se limita a plantear esta historia con un gran manejo de los cuatro actores, con unos encuadres que potencian el dialogo en función de quien habla y ambientada casi únicamente en el salón del apartamento de los padres del niño agredido. No hace falta mas.


El gran hacer de Jodie Foster se ve superado por una comedida, al principio, pero temperamental, al final, Kate Winslet con un gran alegato final a favor de decir lo que se piensa y sin pensar lo que se dice...como los niños...
Christof Waltz y John C. Reilly están muy bien como comparsas de sus mujeres. Uno resignado a no poder fumar sus puros ni beber el wisky que le gusta porque a su esposa no le parece bien y el otro, obsesionado en no perder a su mejor cliente sin atender a su mujer.


El abuelo de mis ahijadas ha dicho siempre que los problemas de niños los deben solucionar los niños y los adultos deben permanecer al margen. Si esperais al final de la película, vereis com Polanski opina lo mismo que él. Sobre los problemas de los mayores...bueno, eso es otra historia.

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