sábado, 24 de septiembre de 2011

Día de lluvia

Mientras veía como la lluvia iba inundando mi terraza con un café en la mano mi pensamiento me ha llevado a mi yo adolescente, a mi yo con esperanzas y con anhelos ahora incumplidos, a mi yo con una visión de futuro que no se ha hecho realidad... Me he preguntado qué he hecho mal para no darle a esa niña lo que soñaba. Qué es lo que no he hecho para no conseguir esos sueños? En qué parte del camino me desvié?


Hace poco, le comenté a una amiga que mi vida es como un pastel al que le falta la guinda, pero que sin guinda sigue siendo un gran pastel. Y lo creo a pies juntillas.




Pero sigo siendo, en gran parte (porqué negarlo), esa adolescente que no valora que su yo adulta tiene un trabajo digno con un sueldo digno, que tiene casa y coche propio, un montón de viajes a sus espaldas y que ese rincón de lectura con el que soñaba desde que aprendió a leer lo tiene y lo disfruta a diario...




Se que mi yo adolescente y mi yo adulta añoran la materialización de ese sueño, pero ninguna de las dos puede hacer gran cosa por obtenerlo, solo podemos seguir en ello, intentarlo una y otra vez a pesar de no entender las reglas del juego, y la yo adulta le promete a la adolescente hacer todos los intentos necesarios... espero que eso le baste... porque a la adulta, no.

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