Hoy se conmemora el Día del Libro, fecha elegida por la coincidencia en el fallecimiento de los dos más grandes autores de la Historia de la Literatura, Cervantes y Shakespeare tal día como hoy en 1616.
Hoy, además, no para de llover lo que me provoca acurrucarme en el sofá tapada con una manta y con un buen libro en las manos y una taza de té.
Este buen libro puede ser este que, al igual que El Quijote, he leido dos veces y lo que te rondaré morena! Os lo recomiendo. Haceros con un ejemplar (que no es fácil) y disfrutad de la historia de Zezé y su familia de la mano de José Mauro de Vasconcelos, quien vivió algo similar. 
Mi planta de naranja-lima, que así se llama el libro, trata de la historia de Zezé, un niño brasileño de 5 años que se enfrenta a la dureza de la vida con alegria, a los golpes que recibe sin empañar su inocencia, a afrontar retos con ilusión y picardia. Es un niño que sólo tiene su imaginación para sobrevivir y a su planta de naranja-lima para contarle lo que le pasa. Es el penúltimo de un montón de hermanos que no le ven y es hijo de unos padres preocupados en conseguir que su familia sobreviva sin tener en cuenta la belleza, ternura, imaginación y cariño de su hijo Zezé. Una lección duramente aprendida por su progenitor en los palos dados a su niño.
Zezé fue junto a Tio Tom uno de los pocos personajes que me han enternecido y siguen haciendolo. El Portugués, otro de los personajes, consigue enamorarme a pesar de su "apariencia". Es una historia dura la de Zezé y su grandeza radica en su realismo y realidad. Y como gran añadido, tiene su propia banda sonora...porque hay canciones y se cantan y se silban "por dentro".
De verdad, es un libro, una historia que no debe perderse nadie a quien le guste leer. Desde que lo leí hace más de una década he pensado que si algún día tengo un hijo, quiero, deseo que sea como Zezé.
Un gran libro en el Día del Libro...
No hay comentarios:
Publicar un comentario