Los que me conocen un poco saben que no soy de lágrima fácil. En absoluto. Pues esta noche, en el escenario del auditorio del Conservatori de Palma he estado a punto...no, mentira, se me ha escapado una lágrima. Contenida, solitaria, a traición, emocionada. Mi lágrima.
Ha sido cantando Requiem, de Eliza Gilkyson, una pieza magnífica que es una plegaria a la Virgen Maria, pero a Maria como Madre para que haga lo que hacen todas las madres: cuidar de sus hijos, protegerlos. Una plegaria a resultas del tsunami de 2004 que asoló Asia. Hoy, la Coral Universitaria la ha cantado en el concierto para recaudar fondos para la Cruz Roja para paliar los efectos del tsunami en Japón. Un recital organizado por dos grandes pianistas japonesas Rumiko y Yuko.
Porqué me he emocionado tanto? Porque he visto en la tristeza de Yuko el sufrimiento de una hija a miles de kilómetros de sus padres, tios, de su familia... y la preocupación por su bienestar. Porque la pieza es, en mi opinión, un "madre porque no nos ayudas?"... Porque... no lo se...el caso es que reviviendo el momento tengo otra lágrima traicionera y emocionada que pugna por salir.
No se si os podreis hacer una idea de lo que quiero transmitir, a veces las palabras no bastan y por eso os pongo este enlace al youtube.
Es la versión de este Requiem que interpretamos en el concierto de Navidad en el Auditorium de Palma, una grabación más o menos casera y un montaje realizado por un compañero cantaire.
Deseo que os guste, que os emocione y ojalá no lo volvamos a cantar nunca más por el motivo que ocasionó su composición...
No hay comentarios:
Publicar un comentario