sábado, 5 de marzo de 2011

NO VOLVERÉ AL CORTE INGLÉS


La gente que me conoce más o menos bien sabe que, gracias a dios y a mi esfuerzo, no estoy por un euro, que cuando necesito algo lo compro. No despilfarro tampoco pero si lo quiero y el precio es razonable, lo adquiero.

La gente que me conoce más o menos bien sabe que suelo ir bastante bien arreglada, maquillada y bien peinada. Rizos incluidos.

Pues bien. Hoy me ha tocado darme el gustazo de salir a pasear con mi sobrina de seis meses. Me he puesto el chandal y, una vez arreglada, he cogido el cochecito, la nena y unos zapatos para dejar al zapatero de camino al Corte Inglés para comprar un detalle para un amigo.

He llegado al Corte Inglés de Jaume III, he cogido lo que deseaba y me he dirigido a la caja para abonar su importe. En la caja estaban dos empleados, un joven con camiseta negra y con un gran tatuaje en el brazo izquierdo y una señora con camisa de uniforme, rubia, maquillada hasta el cerebelo contandole al joven algo que ni me he molestado en intentar oir porque no me interesaba en absoluto.

Les he pedido que me cobraran y la mujer me ha pedido 5 minutos que se han convertido en 10.

"Pueden cobrarme?" he insistido.

"Un momentito, gracias", me ha vuelto a pedir la mujer. El joven ni se ha inmutado.

"Yo tengo mucho tiempo pero la niña se despertará en cualquier momento y no me gustaría que se pusiera a llorar. Me cobra, por favor?".

La mujer ha suspirado, se ha girado y ha llamado a otro empleado con camisa de uniforme que lentamente se ha acercado a la caja y como si tal cosa pregunta "a quién le toca?".

"A mi" he respondido girandome por si hubiera alguien más esperando...

El hombre de la camisa ha cogido el artículo y me comenta "tengo las manos secas, secas de estar trasteando todo el día entre cajas..."

Y aquí viene lo más asombroso del caso. La mujer de la camisa y el joven del tatuaje han dejado de hacer lo que hacían (que debía ser algo francamente indispensable para la Humanidad... a tenor de las dificultades que tenían para dejar eso que estaban haciendo ycobrarme) y le han preguntado muy interesados

"Te has puesto algún tipo de crema?"

No lo he podido evitar. "Si la niña se despierta, se la pasaré a ustedes para que mientras me quejo a su supervisor me la calmen y me la dejen tan dormidita y tranquila como está ahora"

Por supuesto, no podía ser de otra manera me han mirado con una absoluta cara de asco salvo el joven del tatuaje que parecía seguir calculando mentalmente la distancia entre Jupiter y Saturno.

El hombre de la camisa, por fin!, me ha cobrado y al darme el cambio me ha dado las gracias.

"Me las merezco señor", le he dicho, "es mas, no me volverán a ver nunca mas por aquí".

Me pregunto si en lugar de ir vestida con chandal (40 euros en las rebajas), deportivas (60 euros) y con un bebé, hubiera ido con traje y tacones y maquillada como la mujer de la camisa me hubieran cobrado a la primera. Pero eso me parece DISCRIMINACION. Si vas cómoda para pasear con tu sobrina te trato mal pero si vas como una ejecutiva agresiva te trato bien. Es eso así? Esa es la política de el Corte Inglés?

Lo dicho. Ja m'han vist a bastament. NO VOLVERÉ AL CORTE INGLÉS.

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