miércoles, 16 de marzo de 2011

Descenso a los infiernos

Mi dulce Nina...Mi dulce Nina, qué te han hecho? Deja este personaje, te está destrozando. Esto lo dice una madre obsesiva, controladora, agobiante...Dejé mi carrera por ti, Nina. Qué carrera, mamá? Semanas después de haberla visto sigo sin saber si esta madre quiere ver triunfar a su hija porque ella no pudo hacerlo o quiere que su niña fracase para no sentirse peor o si la preocupación es real. Supongo que es otro de los ingredientes de este angustiante thriller psicológico. Un incómodo film que nada más empezar nos muestra la dureza de la historia con un crujir de huesos. El mundo de la literatura, del cine y la vida está llena de historias sobre padres que quieren que sus hijos hagan lo que ellos no pudieron hacer por x motivos. Esta, en parte, es una de estas.

En pocos films de no-ciencia ficción se han mostrado a los protagonistas cual va a ser su futuro sin que sea un flashforward. No. En esta película Darren Aronofsky le muestra a Nina en los primeros minutos de la película cuál es el futuro al cual está abocada. Es Beth, un maravilloso personaje recreado magistralmente por Winona Ryder...un personaje destruido, alcohólico y suicida sin ánimo de redención.Perfecta, yo? Le dice a Nina en el hospital, se gira y sigue fumado... en el hospital!!. Una genial incorreción en este mundo tan políticamente correcto (o estaría fumando hierbas medicinales o aromáticas para la tranquilidad de espíritu de la ministra Pajin?).
Por otro lado, porqué se habla tanto de la rivalidad entre Nina y Lily? Es una rivalidad muy natural y muy lógica en un mundo tan competitivo como el actual qué más da si son bailarinas, cantantes, músicos, futbolistas, ciclistas o atletas. En cualquier grupo de personas que trabajen juntos ocurren estas rivalidades.
La verdadera rivalidad está en la propia dualidad de Nina. Quién es? El cisne blanco o el cisne negro? Lucha por salir de la opresiva presencia de su madre. Lucha por sacar al exterior todo el talento que tiene y contentar al maquiavélico y conspirador Thomas (Vincent Cassel). Lucha contra su propia sexualidad. Está entre un "quiero y no puedo" y entre un "quiero y no me dejo". Lucha por mantener su cordura...y pierde.

La dulce Nina...

El triángulo formado por Nina-Beth-Lily, las diferentes versiones del talento: con control y abnegación, con intuición y pretención y talento con imprecisión y descaro. Todas ellas, vestidas y maquilladas como el cisne negro, tan iguales... tan distintas. Todas ellas deseosas de ser el cisne negro y todas ellas manipuladas por Thomas. Pero, es qué es tan malo ser solo el cisne blanco? Si.

Desagradable Vicent Cassel. Ese feo atractivo y genial actor que se hace amar, odiar y temer a partes iguales (a su Thomas, se entiende). Amar por lo que les da a sus bailarinas. Odiar por lo que les quita y temer porque, gracias a Beth, sabemos qué puede pasarle a la "princesita" de turno.
La dulce Nina...

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